El hidrógeno verde se ha convertido en un aliado clave para la reducción de emisiones de ciertos sectores industriales como, por ejemplo, el transporte marítimo y el de la aviación, o la industria química.
Gracias a su alto potencial como recurso energético para distintos procesos industriales, concretamente para el transporte pesado, se ha identificado como una posible solución para la descarbonización del planeta, uno de los objetivos marcados por países de todo el mundo de cara a 2050.
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Para entenderlo bien, el hidrógeno verde es el gas licuado de hidrógeno que se obtiene a través de energías limpias. De esta forma, el hidrógeno se convierte en un vector de almacenamiento de energía renovable para su uso en aplicaciones localizadas.
Liner fabricado por la tecnología del rotomoldeo
Este gas presenta ciertas diferencias respecto a otros combustibles más convencionales, la más importante de ellas es su alta permeabilidad en diferentes materiales, lo que supone un reto para su almacenamiento y transporte de forma segura.
Aquí es donde entra el rotomoldeo, fabricando un liner para su uso y transporte. Y es que la forma más eficiente para transportar el hidrógeno es a altas presiones. Para ello, los tanques tipo IV son los mejores ya que aúnan esa alta impermeabilidad al hidrógeno que comentábamos y la posibilidad de trabajar a altas presiones.
Estos tanques se componen de un recubrimiento matriz que le confieren las propiedades mecánicas para soportar la presión y un recubrimiento interno de polímero (liner de rotomoldeo) que confiere la impermeabilidad.
El rotomoldeo permite fabricar el liner de una sola pieza con las válvulas de entrada y salida integradas. De esta forma, se evitan procesos de montaje posteriores o líneas de soldadura extra que pueden debilitar el producto.
Como ya hemos comentado anteriormente, el rotomoldeo que destaca por su versatilidad y gracias a ello, es la tecnología adecuada para piezas con unos requisitos técnicos muy exigentes. En este caso en concreto, es una tecnología que permite además trabajar con distintas familias poliméricas, seleccionando la más adecuada según los requerimientos y la compatibilidad con los otros elementos del tanque.
El hidrógeno en la actualidad
Actualmente, los tanques de hidrógeno se fabrican con materiales compuestos de fibra de vidrio y fibra de carbono, principalmente. En ocasiones, en combinación con revestimientos metálicos. Son procesos complejos de fabricación con altos requisitos técnicos, que hacen que surjan en ocasiones grandes dificultades que necesitan ser resueltas a través de soluciones avanzadas e innovadoras.
Uno de los ejemplos es la fabricación de los liners de rotomoldeo que dotan al depósito de un elemento impermeabilizante y estanco, requisito imprescindible por las propiedades de esta molécula gaseosa. Así, se obtiene de esta manera tanques de almacenamiento de hidrógeno seguros y eficientes, a un coste muy competitivo.
Algunas de las ventajas que destacamos de las piezas de rotomoldeo frente a otras tecnologías son, entre otras:
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Sin mantenimiento.
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Resistentes a los efectos de la intemperie: gran resistencia a la temperatura, a los golpes, a la corrosión, óxido y al envejecimiento.
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Se pueden realizar piezas cada vez más grandes lo que conlleva una gran gama de capacidades (pueden llegar hasta los 12.500 litros).
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Se fabrican en una sola pieza: elementos complejos y estancos de una única pieza.
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Sin soldaduras: esto repercute en menos probabilidades de rotura y menor tiempo de fabricación.
El hidrógeno verde funciona como fuente de energía de varias maneras: pudiendo alimentar tanto motores eléctricos como motores de combustión de hidrógeno. De esta manera, se espera que a futuro esté presente tanto en vehículos particulares como en empresas, especialmente, en el sector de la aviación donde ya se han hecho avances para sustituir los combustibles fósiles actuales.
En Rotobasque diseñamos y fabricamos todo tipo de productos de almacenamiento para todos los sectores profesionales y en el impulso del hidrógeno verde, no nos quedamos atrás.